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martes, 25 de febrero de 2014

Vigorexia



Vigorexia:
La vigorexia es un trastorno en el cual una persona constantemente se preocupa por parecer demasiado pequeña y débil. Aquellos con vigorexia sufren el problema opuesto de alguien con necesidad de tratamiento de la anorexia. Otros nombres comunes para vigorexia incluyen dismorfia muscular y anorexia inversa. Las personas con este trastorno no son débiles o subdesarrollados, en absoluto, por lo general tiene gran masa muscular. Esta enfermedad es más común en los hombres.
Este trastorno es una forma de trastorno dismórfico corporal y se relaciona con el trastorno obsesivo compulsivo. Las personas con dismorfia muscular constantemente se obsesionan con sus imperfecciones, y distorsionan su percepción de sí mismos. La insuficiencia sentida por las personas con anorexia inversa afecta a numerosos ámbitos de la vida, que van desde las relaciones personales a la salud física y emocional. Esta insatisfacción con la imagen corporal es común en las personas con trastornos de la alimentación, razón por la cual tantas personas buscan comer el tratamiento del trastorno.

Síntomas

Uno de los principales síntomas de la vigorexia es un programa duro entrenamiento que se centra en el levantamiento de pesas con el objetivo de agrandar los músculos.
Uno de los principales síntomas de la vigorexia es un programa persistente duro entrenamiento que se centra en el levantamiento de pesas con el objetivo de agrandar los músculos. Los pacientes entrenan con dolor y lesiones, abandonan de trabajo y las obligaciones familiares para entrenar, y se obsesionan cuando no lo están en el gimnasio.
Como en otros trastornos de la alimentación como la anorexia y la bulimia, las personas con vigorexia también tienden a ser muy cuidadosas sobre sus dietas, ya que quieren desarrollar sus cuerpos lo más rápidamente posible, y ellos también quieren eliminar la grasa corporal, el objetivo es tener un cuerpo delgado, muy musculoso.
Mirarse al espejo constantemente también es común en la dismorfia muscular, aunque, paradójicamente, muchos pacientes son muy tímidos. Al igual que los pacientes de anorexia, que ven sus cuerpos como imperfecto, y por lo tanto no quieren exponerse al juicio de los demás. Algunos vigoréxicos también consumen drogas para estimular el desarrollo muscular, y pueden desarrollar desórdenes alimenticios como la bulimia, en un intento de controlar su dieta. Muchos de ellos también salte las comidas con familiares y amigos, porque quieren tener un control total sobre lo que comen.

Causas

Hay algunos factores posibles de riesgo que contribuyen a la vigorexia: la intimidación y burlas durante el período escolar, el perfeccionismo, etc.
Este trastorno es una forma de trastorno dismórfico corporal y se relaciona con el trastorno obsesivo compulsivo. Hay algunos factores posibles de riesgo que contribuyen a este trastorno: la intimidación y burlas durante el período escolar, la falta de armonía de la familia, el perfeccionismo, la tensión severa, el enfoque estético y la influencia negativa de la cultura de masas que promueve un cuerpo idealizado.
Los medios de comunicación pueden tener un papel muy importante en cómo una persona se ve a sí. Con la cantidad de revistas, anuncios y programas de televisión de hoy en día, un hombre (o mujer) puede pensar que son escuálido y débil, cuando en realidad no son, probablemente.
Por último, es posible que el entrenamiento obsesivo con pesas puede conducir a la dismorfia muscular. Puede ser la adrenalina al mismo tiempo de tener una dura sesión de ejercicios o la admiración que se obtiene de los demás después de hacer ejercicio. Como la mayoría de los trastornos, no hay una sola causa que determina si alguien tiene o no vigorexia, sino más bien una combinación de factores y una mirada a sus entornos y relaciones del pasado.

 

 

Complicaciones

Los problemas que puedan surgir son el daño de músculos y articulaciones, depresión, efectos peligrosos de los esteroides, etc.
Algunos de los problemas que puedan surgir como consecuencia de la vigorexia son:
  • Músculos, articulaciones y tendones dañados
  • Odio de sí mismo
  • Malas relaciones, vida social afectada negativamente
  • Interferencia con el trabajo y la escuela
  • Incapacidad para relajarse sin preocuparse constantemente sobre el juicio de los demás
  • Depresión, suicidio
  • Efectos peligrosos de los esteroides y otras drogas de culturismo
Para las personas con vigorexia, que se encuentran luchando con la depresión, las instalaciones de tratamiento de la depresión están disponibles para ayudar. Estos centros, así como centros de tratamiento del trastorno de alimentación puede ser muy beneficioso para una persona con este trastorno.

Tratamiento

Consiste en la atención psicológica a largo plazo. Las drogas psiquiátricas se pueden utilizar para controlar la depresión.
El tratamiento de la vigorexia consiste en la atención psicológica (psicoterapia) a largo plazo. A veces las drogas psiquiátricas como los antidepresivos se pueden utilizar para controlar la depresión, especialmente en las primeras etapas del tratamiento. El apoyo de amigos y miembros de la familia también es fundamental. La comunidad de levantamiento de pesas ha sido lento en reconocer la dismorfia muscular, a pesar de una creciente toma de conciencia de la situación ha llevado a algunos gimnasios para crear grupos de apoyo y sistemas de compañeros para diagnosticar vigorexia en las primeras etapas y para apoyar a las personas en la recuperación.





La Dieta Paleo



LA DIETA PALEO. Explicada y en detalle
Todos los detalles de la dieta paleo, qué comer y qué evitar. Empieza ya fácilmente a perder peso y tener una mejor salud siguiendo los pasos de nuestros ancestros.
Resumen general:

Comer: verdura, fruta, carne, pescado, huevos, frutos secos, semillas, aceites, especias y hierbas. En menores cantidades tubérculos y otras raíces.

No comer: azúcar ni granos procesados (harina, trigo, maíz, cereales, pasta, pan).
Explicación

La dieta de la mayoría de personas en la actualidad en el mundo “desarrollado” es muy alta en carbohidratos. 

De forma simplificada el cuerpo humano tiene el siguiente sistema para la obtención de la energía que nos hace funcionar diariamente:

-Su recurso más rápido de energía es el “azúcar” (carbohidratos), que convierte en glucógeno y que usa para esfuerzos fuertes y explosivos así como para esfuerzos sostenidos durante mucho tiempo. 

-El recurso más lento es la grasa, que se usa como fuente de energía en actividades menos exigentes (caminar, trotar, etc.)

El problema es que el cuerpo sólo puede almacenar una pequeña cantidad de carbohidratos de forma que estén listos para usarse como energía rápida (debido a que tu cuerpo está diseñado para vivir en un ambiente en el que había muy pocos carbohidratos).

De esta forma cuando te levantas por la mañana y te tomas un café con una magdalena o unas galletas ya llenas tus reservas de “azúcar”. El resto de carbohidratos que consumes son convertidos en grasa que es almacenada en tu cuerpo para usar como energía en el futuro.
Nuestros ancestros sólo comían plantas y animales (en muchísimas formas diferentes) para obtener todos  los nutrientes que necesitaban. Además comían mucho más esporádicamente, debido a que no tenían un aprovisionamiento constante de alimentos como tenemos hoy en día, por eso el ser humano se adaptó a almacenar energía como grasa para usarla como energía en tiempos de escasez. De esta forma actualmente la mayoría de personas al comer diariamente excesivas cantidades de carbohidratos almacena mucho más grasa de la que gasta, por lo que llevando una dieta adecuada puedes cambiar esto y que este sistema juegue a tu favor, manteniendo un nivel óptimo de grasa corporal y estabilizando tu apetito y niveles de energía.

En este artículo te presento una forma de comer sano mediante la reducción del consumo de carbohidratos procesados (no solo azúcar sino también granos cultivados, incluso los integrales), lo que produce el efecto de moderar la producción de insulina. Este simple cambio, te ayudará a evitar los desagradables efectos físicos inmediatos de una dieta típica alta en carbohidratos, te ayudara a tener éxito en tus metas de perder peso y a prevenir muchos de los problemas de salud y enfermedades relacionadas con el estilo de vida moderno.


QUÉ COMER

La base de tu dieta deben ser las verduras. En segundo lugar está la carne, el pescado y los huevos. Y por último la fruta, los frutos secos, semillas, aceites (de oliva o de coco), especias y hierbas.

Es así de simple. Si quieres simplificarlo todavía más se podría decir que debes comer plantas (verduras, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias) y productos animales (carne, pescado y huevos).
Mientras que las verduras, frutas, hierbas y especias no aportan muchas calorías, deberían ser la principal fuente de la que obtienes carbohidratos (los pocos que vas a consumir) y micronutrientes (vitaminas, minerales, etc.).





Los frutos secos, semillas y productos animales son calóricamente densos, estimulan una producción de insulina mínima y son una fuente perfecta de proteínas y grasas saludables.

Puede que te cueste un poco centrar tu dieta alrededor de las verduras, ya que estamos tan acostumbrados a comer cosas procesadas, empaquetadas y altas en carbohidratos. No sigas el ejemplo de los restaurantes que sirven unas pequeñas cantidades de verduras como decoración y sírvete grandes porciones de las mismas que llenen tu plato. Disfruta de las verduras crudas, guisadas, hervidas o al horno. Hazte deliciosas cremas de verduras, compra algunas que nunca hayas probado e infórmate de las mejores recetas.

En la era paleolítica, la mayoría de las calorías de la dieta humana provenía de comer todo tipo de animales, incluyendo insectos, anfibios, pájaros, sus huevos, pescado y marisco, pequeños mamíferos y en ocasiones algunos mayores. Aquellos humanos que vivían cerca del ecuador comían más plantas y menos animales, mientras que los que vivían en latitudes más frías tenían menos plantas a su disposición por lo que consumían más carne.

Estas comidas les proporcionaban cantidades considerables de proteína y todo tipo de ácidos grasos y vitaminas. Se estima que en épocas de abundancia comían entre 300 y 400 gramos de proteínas y hasta 200 o más gramos de grasa en un día y aún así mantenían un físico delgado y esbelto. Por supuesto también consumían muy pocos carbohidratos por lo que mantenían niveles bajos de insulina y eran excelentes usando la grasa como fuente de energía.

QUÉ NO COMER
Hoy en día el número de agentes tóxicos en nuestra dieta es peor que nunca. Por tóxicos quiero decir productos manufacturados que son extraños a nuestros genes y que alteran el funcionamiento normal y saludable del cuerpo humano.

Los peores de todos son obvios: refrescos, azúcares, grasas químicamente alteradas y comidas altamente procesadas

Sin embargo otras comidas son generalmente aceptadas como saludables o energéticas aun siendo igualmente "veneno" en nuestra dieta: granos procesados (cereales, trigo,harina y sus derivados, pan, pasta, maíz etc.).

Has leído bien, estos productos son generalmente inapropiados para el consumo humano ya que nuestro sistema digestivo y nuestros genes no han tenido tiempo para adaptarse a la estructura proteínica de los granos y la carga excesiva de carbohidratos de todas las formas de granos cultivados, incluidos los integrales.

Evitar completamente:   
   
-Cualquier cosa con azúcar: refrescos, zumos, dulces etc.
-Cualquier cosa con harina, trigo, maíz: pan, pasta, pizza etc.

-Comer sólo de vez en cuando y en poca cantidad:

Aunque no sean precisamente lo que comían nuestros ancestros, un consumo moderado de los siguientes alimentos puede añadir un beneficio nutricional a tu dieta sin consecuencias negativas, siempre que no se les dé mucho protagonismo. Si tu objetivo es una reducción a niveles ambiciosos de grasa corporal (menos del 10%) deberías también eliminar estos alimentos.

En este caso hablamos de: café, productos lácteos, alcohol, chocolate y arroz (evitar otro que no sea el arroz blanco).

En esta categoría también entrarían las legumbres, que son ricas en minerales como potasio y magnesio, pero son bajas en proteínas en comparación con la carne y bastante altas en carbohidratos.

LO QUE VA A PASAR

Si esta dieta supone un cambio muy significativo con respecto a tu dieta actual, es recomendable que vayas haciendo cambios poco a poco, ya que un cambio muy brusco puede provocar que fracases. Prefiero que vayas cambiando poco a poco tu forma de comer para que te sea más fácil acostumbrarte, siempre manteniendo el objetivo final en mente. Por ejemplo empieza quitando los refrescos, o tal vez el pan y cuando estés acostumbrado da otro paso más como por ejemplo quitar la pasta o los zumos.  Vuelve a leer este libro de vez en cuando para que no olvides cual es la dieta objetivo. De esta forma tendrás más posibilidades de éxito.



martes, 11 de febrero de 2014

Mitos sobre el Adelgazar



¿Para adelgazar hay que olvidarse del pan y del arroz? ¿No hay que picar entre comidas?... El adelgazamiento es un tema muy popular y está lleno de mitos. Conozcamos algunos de los más importantes (y a veces, incluso peligrosos):

1. Para adelgazar hay que hacer una sola comida al día.

Falso. Es importante realizar las 5 comidas diarias: desayuno, merienda de media mañana, almuerzo, merienda de media tarde y cena.

2. La fruta no engorda.
En general, contienen menos que otros alimentos, pero hay algunas frutas que sí son más calóricas, como el banano o fruta en grandes cantidades.

3. Las vitaminas engordan.
Falso. No sólo no engordan (por sí mismas), sino que son fundamentales para nuestra salud.

4. Para adelgazar, es conveniente no comer pan.
No es cierto, pues el pan aporta nutrientes importantes, como carbohidratos, fibra, proteínas y ciertos minerales. Lo que sí puede ser conveniente es reducir la cantidad ingerida, y sustituirlo por pan liviano ó pan integral.

5. Sudar adelgaza
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La costumbre de hacer ejercicio con ropa que transpire poco o muy abrigados, para sudar más, es equivocada e incómoda. Se pierde más peso, pero sólo de agua, que se recupera en cuanto se tome lo necesario. Únicamente el ejercicio realizado nos hace quemar calorías, con independencia de que se sude mucho o poco.

6. Para adelgazar hay que pasar hambre.

No es ni necesario ni conveniente, pues el hambre puede producir un efecto de rebote, y podemos tender a "darnos un atracón" tras pasar hambre. El hecho de comer 5 veces al día ayuda a reducir el hambre y a acelerar el metabolismo.

7. Comer de noche engorda.

Todo aquello que hace a una persona subir o no de peso es lo que come y en qué cantidad, no la hora del día en que lo hace. Por esto, si come poco sano de manera consistentemente en la mañana o noche subirá de peso irremediablemente.

8. Podemos comer de manera libre los alimentos ¨light¨, porque no contienen calorías.

Esta es una creencia habitual, ya que se piensa que el comer alimentos bajos en grasa ó light nos libra de aumentar de peso, y con ello, engordar, pero no es efectivo, pues muchos alimentos bajos en grasas tienen un exceso de calorías, que propician de igual forma el aumento de peso. Esrecomendadorevisarlasetiquetasparaverquérealmenteestamosconsumiendo.

9. Los alimentos integrales adelgazan.
Muchas personas creen que lo “integral” es lo mismo que “dietético”, pero no es verdad. Las harinas ycereales integrales cuentan con prácticamente las mismas calorías. Sí se podrá decir que son más sanos por su alto contenido en minerales y fibras, y que ayudan a eliminar toxinas con más facilidad; pero la realidad es que "son adelgazantes".

10. Caminar no ayuda a perder peso.
Falso completamente, ya que el caminar es un sano ejercicio sobretodo para aquellas personas obesas o sedentarias, las cuales se benefician mucho más de este ejercicio moderado.