Todo el mundo habla del estrés. Pero, ¿qué es el estrés? El estrés es una reacción. Es la reacción que nuestra mente y nuestro cuerpo produce siempre que la sobrevivencia se ve amenazada.
Cualquier amenaza real o imaginaria, ruido o movimiento inesperado, accidente, caída, golpe, cambio repentino de temperatura, preocupación con el presente o el futuro, posible pérdida de algo o de alguien querido, obstáculo o problema inesperado, peligro a la seguridad o problema de salud o enfermedad causarán una reacción de estrés. El estrés es una reacción instantánea que puede llegar a ser tan violenta que nos cause un fulminante ataque al corazón.
Generalmente el estrés no llega a producirnos un ataque al corazón pero sí genera un estado de ALARMA GENERAL tan pronunciado que todo nuestro sistema hormonal y nervioso se ve afectado. Digamos que cada célula del cuerpo se afecta por la reacción llamada estrés. Es un efecto que definitivamente es acumulativo. Basta con observar lo envejecida y deteriorada que se ve a una persona después de la pérdida de un ser querido para saber que el estrés afecta a todo el cuerpo en mil y una formas.
Por otro lado, después de haber experimentado un estado de estrés, el cuerpo y la mente tardan algún tiempo en lo que vuelven a ganar la calma y el orden interno. El estrés es un factor de desequilibrio que causa un estado de DESORDEN a nivel de todo el cuerpo.
Algunas personas viven en un estado de estrés tan constante y continuo que ya no logran distinguir si sienten estrés o no. Cuando el estrés se hace presente de forma rutinaria a la persona se le dificulta el hacerse consciente de que está pasando por una situación de vida estresante. Por ejemplo, una persona que se ve forzada a trabajar en un sitio donde le maltratan tendrá un estrés casi continuo mientras asista a su trabajo. Lo mismo pasa cuando la persona experimenta problemas de pareja o familiares y tiene que vivir con ello día tras día.
Además de los daños observables a simple vista que produce el estrés al cuerpo y a la salud hay un factor que es medible. Es el factor hormonal. Cuando hay estrés el cuerpo produce un exceso de la hormona cortisol. A esta hormona, cortisol, se le llama la hormona del estrés porque se produce siempre que se genera una situación de estrés.
La hormona cortisol se produce en las glándulas adrenales que están localizadas arriba de cada uno de nuestros riñones.
El estrés es el mal número uno de nuestros
días. El vivir bajo presión, el exceso de trabajo y los problemas
cotidianos van minando nuestras reservas de vitaminas, sobre todo, las
vitaminas del complejo B, responsables de mantener la salud del sistema
nervioso.
Las vitaminas del complejo B están involucradas
en la producción de energía. Cuando a nuestro cuerpo se le exige una carga
extra de energía por presiones en el trabajo, o bien por estrés emocional como
puede ser la separación de un ser querido, o bien el shock de recibir una mala
noticia, el organismo agota las reservas de energía y por consecuencia las
reservas de vitamina B, lo que nos vuelve vulnerables a padecer depresión,
insomnio o irritabilidad.
Para evitar los efectos nocivos y la baja de
defensas inmunológicas consecuencia del estrés, se requiere del consumo de una
dieta rica en vitamina B. Los vegetales verde oscuro como el brócoli, acelgas y
espinacas, los cereales y las leguminosas contienen porcentajes adecuados
del complejo de vitamina B.
Algunos alimentos estimulan el buen
funcionamiento de las células nerviosas ayudando al organismo a mantenerse
relajado, mientras que otros favorecen la irritabilidad. Entre los alimentos
que nos brindan relajación podemos encontrar: el plátano, las almendras, el
germen de trigo, la levadura de cerveza y las semillas de girasol.
El alcohol, en cambio, reduce los niveles de
vitamina B en sangre provocando irritabilidad; además el consumo excesivo de
café, refrescos de cola, alimentos enlatados y el uso de anticonceptivos
reducen los niveles de vitamina B en el organismo, provocando agresividad,
depresión, cansancio o insomnio.
El complejo de vitamina B está formado por varias
vitaminas. Todas ellas favorecen la salud de las células nerviosas mejorando la
calidad de nuestra vida, manteniéndonos alertas, relajados, con vitalidad y
energía. Nos mantienen listos para enfrentar la carga de actividades que exige
la vida moderna de una forma natural, evitando las consecuencias adictivas que
producen algunos fármacos utilizados para evitar la depresión o
irritabilidad.
Vitamina B1 (Tiamina) se encuentra en
vegetales verdes como acelgas, berros y espinacas, en el maíz, avena, ciruelas
pasa, nueces y levadura de cerveza. Síntomas de deficiencia: fatiga, pérdida de
peso, depresión, edema y problemas gastrointestinales.
Vitamina B2 (Riboflavina) se encuentra en el
hígado, leche, huevos, aguacate, vegetales verdes y amarillos, granos y
semillas. Síntomas de deficiencia: escoriaciones en la boca, lengua inflamada,
ojos irritados, anemia y dermatitis.
Vitamina B3 (Niacina) se encuentra en hígado,
carne, pescado, aguacate, queso, granos nueces y papas. Síntomas de
deficiencia: indigestión, debilidad, diarrea, insomnio y dolores de
cabeza.
Vitamina B5 (Ácido pantoténico) se encuentra en
carne, pollo, hígado, huevos, salmón, almejas, jalea real, arroz, aguacate y
semillas. Síntomas de deficiencia: desórdenes cardiovasculares, indigestión,
debilidad, infecciones.
Vitamina B6 se encuentra en carne, pollo,
pescado, plátanos, vegetales verdes, jitomates, cereales y nueces. Síntomas de
deficiencia: lesiones en la piel, dermatitis, anemia, desórdenes
nerviosos y debilidad.
Vitamina B12 se encuentra en carne, hígado,
yemas, cangrejo, sardinas, salmón y ostiones. Síntomas de deficiencia:
crecimiento lento, lengua inflamada, anemia y nerviosismo.
El complejo de vitamina B es esencial para la
salud del sistema nervioso. Su deficiencia provoca irritabilidad, depresión,
dolor de cabeza, ansiedad, insomnio y dificultad para concentrarse.
También podemos contar con la ayuda de algunos
remedios herbales que se han usado desde tiempos ancestrales para mantener la
salud del sistema nervioso, como el azahar, tila, lechuga, valeriana,
kava-kava, manzanilla, y hierbabuena.
Manzanilla, tila, passionaria y melisa: estas
plantas se usan en medicina natural por su efecto sedante, evitan el insomnio y
la excitación nerviosa y regulan el ritmo cardiaco.
Kava-Kava: Planta originaria de las islas Fidji,
contiene kavaína, sustancia que actúa como relajante muscular y reduce
los estados de ansiedad, tensión y excitación, induce a un sueño reparador,
alivia el insomnio y el nerviosismo.
Hierbabuena: Sustancia usada por lo nativos
indígenas para evitar disputas y calmar los nervios. Reduce tensiones y ayuda a
crear un ambiente relajado.
Valeriana: Ha sido considerada como uno de los
mejores calmantes y antiespasmódicos, ejerce efectos contra histeria, jaqueca e
insomnio.
ALIMENTOS QUE BRINDAN RELAJACIÓN
Los alimentos que ingerimos afectan nuestra
capacidad para sobrellevar el estrés. El sistema nervioso está constituido por
millones de células nerviosas. Cada célula tiene su propia vida. Para
sobrevivir, cada una debe alimentarse y su salud depende de la recepción de los
nutrientes adecuados que necesita para funcionar.
Si come alimentos que son tóxicos, la sangre
recogerá esas toxinas y las llevará a las células nerviosas. Lo que comemos
determina lo que la sangre transporta a las células nerviosas ya sean toxinas o
nutrientes.
Entre los alimentos que estimulan el buen
funcionamiento de las células nerviosas encontramos: El plátano, las almendras,
el germen de trigo, la levadura de cerveza, el brócoli y las semillas de
girasol.
En cambio el alcohol reduce los niveles de
vitamina B en el organismo y provoca irritabilidad y depresión.
Para llevar una vida sin estrés debe alimentarse y su salud depende de la recepción de los nutrientes adecuados que necesita para funcionar.
Entre los alimentos que estimulan el buen funcionamiento de las células nerviosas encontramos: El plátano, las almendras, el germen de trigo, la levadura de cerveza, el brócoli y las semillas de girasol. La combinación de estos y otros alimentos, pueden ayudarte a reducir el estrés y provocar que te sientas más relajada .
Un dieta antiestrès es la siguiente dieta, pero no debe hacerse por más de tres días.
Aquí es muy importante el aporte de la vitamaina C que encontramos en los cítricos, por tanto se recomienda beber abundante zumo de naranja o de pomelo. Hay que tomar alrededor de 2 litros de líquido al día, entre agua, zumos, infusiones y caldos.
No se deben dejar de lado las legumbres, arroz integral y cereales que favorecen el movimiento intestinal y por consecuencia nos hacen sentir bien.
Para combatir el estrés se pueden preparar dos tipos de dietas:
Dieta 1
Desayuno: Zumo de naranja o de uva, 1 yogurt con fruta fresca, 1 rebanada de pan integral con miel y una infusión.
Comida: Ensalada de berros o lechuga, pescado con salsa de tomate natural, 1 plátano, 1 durazno (melocotón) y una infusión.
Cena:Arroz integral con calabaza, guisantes (chícharos), zanahorias, brócoli, alcachofas, ajos tiernos y cebolla, boquerones o sardinas frescas asados con pimientos, macedonia de melón, fresas , zumo de naranja y una infusión de tila con menta.
Dieta 2
Desayuno: Zumo de naranja, 1 kiwi, 1 rebanada de pan integral con mermelada de frambuesas o moras y una infusión.
Comida:Ensalada de lechuga, aguacate y cebolla aderezada al gusto; arroz con rape, almejas, pimientos verdes, ajo, cebolla, y macedonia de frutas frescas.
Cena: Esparragos trigueros con guisantes (chicharos) hervidos o al vapor, tortilla de 1 huevo con jamón, 1 manzana asada y una infusión.
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