Empieza la temporada de viajes. Durante el mes
siguiente, los aeropuertos, estaciones, autobuses, serán nuestro “hogar”
durante unas horas hasta llegar a casa para celebrar las fiestas.
Los alimentos poco saludables tienen que consumirse por placer, nunca por
pereza. Sólo con un poco de planificación se puede comer sano en la mayoría de
los viajes sin la necesidad de comer cosas que preferirías no haber hecho.
Incluso en las situaciones menos óptimas (la mayoría de los vuelos que cojo
en Barajas salen con retraso por tráfico aéreo) hay algunos trucos que puedes
usar para minimizar las consecuencias.
1. Come antes de salir
Puede parecer obvio, pero la mayoría de la gente hace la maleta a última
hora o retrasa el trayecto al aeropuerto o la estación durante tanto tiempo que
llegan muertos de hambre y terminan comiendo cualquier cosa en la estación o
aeropuerto. Esto lo puedes evitar teniendo en cuenta una comida antes de salir
al planificar el tiempo de salida.
2. Tentempiés
Una comida decente antes de salir, unos cuantos frutos secos y una pieza de
fruta durante el vuelo debe llegar para cualquier viaje durante 6 horas .
Además puedes encontrar este tipo de alimentos en el aeropuerto o estación en
caso de apuro, claro a un precio muy elevado.
En los vuelos más largos
recomiendo un bocadillo casero de tortilla de patata, atún
o jamón o incluso envasados de queso, jamón de york, huevos cocidos, plátanos, manzanas y yogures hasta que puedas
conseguir una comida de verdad al llegar a tu destino. Si no tienes tiempo para
hacer bocadillos o no te gustan los embutidos o proteína animal envasada puedes
llevar ensaladas de verduras que duran horas sin refrigeración y están muy
buenas.
Recuerda que en la mayoría de los casos los alimentos que se sirven en el
avión son una opción, no una necesidad.
3. Mantente hidratado
El aire dentro del avión es el aire más seco del mundo, además, el
hambre se amplifica cuando estás incluso ligeramente deshidratado. Evítalos
bebiendo mucha
agua
antes y durante el vuelo.
4. Aliméntate
Los sistemas inmunitarios funcionan mejor cuando están bien alimentados.
Para protegerse de los millones y millones de gérmenes a los que estás expuesto
en los aeropuertos asegúrate de tener una alimentación saludable en frutas y
verduras en los días previos a tu vuelo.
5. Come vegano
Si tu vuelo se retrasa tanto tiempo que te ves obligado a comer en el
aeropuerto o si tu vuelo es de 10 o más horas, yo recomendaría elegir
estratégicamente para evitar lo peor: los hidratos de carbono refinados y
carnes industriales. Considera la posibilidad de hacerte vegetariano por unas
horas para evitar este tipo de comidas industriales y busca otras opciones como
ensaladas o platos con verduras.
6. Busca restaurantes mexicanos
Si estás en un aeropuerto,
los restaurantes mexicanos son una gran apuesta porque casi siempre se pueden
comer alubias, arroz y algún tipo de vegetal.
Además la salsa guacamole es bastante nutritiva.
7. Busca ensaladas de gama alta
Las ensaladas con algún tipo de proteína son la segunda mejor opción, pero
el sabor de estas igual no es tan bueno en comparación con la comida mexicana.
Si la ensalada es tu única opción, yo recomendaría buscar el mejor local del
aeropuerto para minimizar el riesgo de consumir verduras que no están muy
buenas o posibles intoxicaciones alimentarias.
8. Mira la cantidad que comes
No importa lo que elijas, si comes los alimentos del aeropuerto lo más
seguro es que no estén muy buenos y es poco probable que sean saludables. Come
tan poco como sea necesario para detener el hambre. No hay que esperar a que
estés lleno o satisfecho, de hecho, puede ser mejor si no lo estás (ver el
consejo 9).
9. No tengas miedo a tener hambre
Tener hambre durante unas horas no te va a matar. De hecho, hay estudios que
evidencian que la restricción calórica (aunque periódicamente) puede ser
saludable. No estoy diciendo que mueras por inanición pero si estás aterrizando
a las 3 am en una ciudad pequeña sin nada abierto, tienes que comer lo que sea.
Pero si solo nos enfrentamos a 2 horas de hambre, considera adoptar como una práctica
zen pasar hambre un par de horas y hacer una comida decente cuando llegues a tu
destino en lugar de la comida misteriosa que ofrecen a bordo.
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