Se dice que fue la base de alimentación entre los trabajadores que
construyeron las pirámides de Egipto, y que los romanos lo incluyeron entre los
condimentos, pero en Grecia se prohibió el ingreso al templo de Cibeles a
aquellos que lo comían.
Se cuenta también, que se le dio el nombre de “ajo”, derivado de
una palabra que significa huir o evitar.
“No obstante, es sabido que quienes comen ajo en abundancia, no
les da cólera, ni la peste, ni otras de las llamadas enfermedades infecciosas,
lo que se explica por la alicina, substancia similar a la penicilina, y por eso
se dice que el ajo tiene marcadas propiedades antibióticas”, comenta Juan
Quinteros, naturopata de Villa Vida Natural.
Añade que el ajo, comido crudo, hecho jugo o machacado, contiene
las vitaminas PP, B1, B2, y C, es aperitivo y estimulante de la digestión ,
purifica la sangre y contiene almidón, mucílago, azúcar, sulfuro de alilo y
crinina.
“Posee, además, múltiples propiedades salutíferas que aprovechan
los asmáticos, los tísicos, los tuberculosos, los anémicos, los hipertensos,
los nerviosos y muchos otros enfermos”, afirma.
Los conocimientos del naturópata también los confirma Roberto
Gabarroche, nutricionista de Clínica Avansalud, quien también está de acuerdo
con sus variadas propiedades benéficas para la salud.
“En el caso del sistema circulatorio, el ajo presenta sustancias
sulforosas lo que impide la formación de coágulos en la sangre, mejorando la
circulación sanguínea, ya que contribuye a que llegue más oxígeno a las células
y a la posterior eliminación de toxinas, viéndose beneficiada la salud de la
piel, articulaciones y del pulmón”, indica.
Además, dice que sus propiedades digestivas se relacionan con el
hecho de que su consumo estimula la función del hígado y páncreas. Y, resume,
que es un protector cardiovascular, porque disminuye la presión arterial y los
triglicéridos de la sangre, que se debiera consumir diariamente 1 diente de ajo
crudo, procesado o en cápsulas.
“Es broncodilatador, protege las articulaciones, favorece una
buena digestión y la mantención del peso corporal, previene el cáncer, es
antidepresivo y diurético. Fortalece el sistema inmune, apoya el tratamiento de
la diabetes, y como si no fuera suficiente, también es afrodisíaco”, asegura el
especialista.
Ahora, para evitar expeler el olor fuerte que tiene, propone si es
consumido de manera natural, no masticarlo y tras ingerirlo, tomar un vaso de
leche o beber mucho líquido e infusiones de té y menta. Y, hacer un lavado de
dientes periódico y usar de enjuagues bucales.
Pero, si es tomado en cápsula, preferir aquellos recubiertos
entéricos. Sin embargo, advierte Roberto Gabarroche que la efectividad
disminuye debido al menor contenido de alicina.
De todas maneras, indica que se recomienda consumir 1 cápsula en
una de las comidas principales del día.
¿Para quienes no es recomendable consumirlo? Aquellos que tienen
alergia al ajo, gastritits o úlcera digestiva. Personas que estén en
tratamiento anticoagulante ni quiénes deben someterse a cirugía, se les
aconseja evitarlo las 2 semanas previas. Las dosis altas están contraindicadas
durante la lactancia.
Recetas para
consumirlo
El chef Francisco Aguirre del restaurante Liberal
RestoBar de comida mediterránea fusión, con innovación del autor, entrega
algunas recetas para comer ajo y no quedar expeliendo su fuerte aroma.
Pasta de ajo: 3 cabezas de ajo rojo que tiene más sabor. Poner en agua caliente
no recién hervida por 10 minutos. Sacarlos, pelarlos y amortiguarlos por 3
minutos para que queden bien molidos. Mezclar con abundante aceite de oliva.
Mantener refrigerado y dura una semana.
Pan de ajo casero: 1 pan de baguette, cortado a la mitad. Untarlo con aceite de
oliva, merkén, orégano, queso parmesano y pinceladas de la pasta de ajo.
Colocarlo en el horno por uno minutos y listo. Dejar unos minutos en el
horno.
Pesto de perejil y rúcula: Moler perejil y rúcula con la pasta de
ajo. Sirve para decorar platos y para untar en el aperitivo. Alioli se hace
como una mayonesa. Se une la pasta de ajo con un huevo entero, sal y aceite de
oliva.
Otra alternativa saludableEl ajo como es un súper alimento se pueden hacer varias infusiones. Esta es para fortalecer el hígado y limpia los ácidos del estómago.
Bebida de limpieza: 5 limones orgánicos,
la cáscara también se usa y 30 dientes de ajo. Se muele todo junto o se pica
fino o en pequeños pedazos y se ponen en una olla con 1 litro de agua
hirviendo. Se hierve 1 min. Luego se cuela. Se deja enfriar y se guarda en un
envase de vidrio dentro del refrigerador. Se toma un aso pequeño cada día,
después de alguna comida, nunca con el estomago vacío. Se hace durante 3
semanas 2 a 4 veces por año.
El ajo contiene
fructosanas, aceite esencial, pequeñas cantidades de vitaminas A, B1, B2, B6 y
C, adenosina, hierro, sílice, azufre, yodo, fósforo y potasio.
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