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martes, 16 de julio de 2013

La Flacidez



El envejecimiento es el responsable de la pérdida de firmeza de la piel, lo que a su vez puede verse acelerado o enlentecido por nuestro estilo de vida.
A medida que envejecemos sufrimos varios procesos: el tejido adiposo subcutáneo se reduce; el tejido conectivo pierde su capacidad de retención de agua; el colágeno y la elastina disminuye su calidad y cantidad, haciendo que la piel cuelgue. A todo esto debemos añadir que esta situación se agrava por: cambios hormonales, obesidad, pasividad física, pobre alimentación y descanso insuficiente.
La Flacidez de la piel comienza a partir de los 30 años y se acelera desde los 40, cuando la grasa subcutánea comienza a reabsorberse y la piel se torna menos elástica.

Uno de los mayores riesgos e inconvenientes estéticos que tienden a aparecer cuando perdemos muchos kilos en una dieta de adelgazamiento es el problema de la flacidez. Contrariedad, por otro lado, que se ve agravada con el paso de los años. Esta situación se suele dar, sobre todo, cuando no hacemos caso de los sabios consejos de nuestros médicos o nutricionistas al aconsejarnos la práctica de deporte en conjunción al proceso dietético de adelgazamiento.
Pero no sólo la falta de actividad o el sedentarismo puede llevar a tener una piel flácida, también la ausencia de proteínas y nutrientes, la falta de elastina y colágeno, una elevada exposición al sol o cargas emocionales como la irritación, la depresión o el miedo.




Si lo que deseamos es ganar firmeza en la piel, impedir que se deteriore con rapidez y, además, perder esas grasas que tanto nos molestan resulta indispensable incluir en nuestras dietas diarias ácidos grasos, minerales, proteínas así como cítricos y alimentos ricos en vitamina A y fibra.
En estos casos de ausencia de firmeza en nuestra dermis, hemos de centrar nuestra atención en el contenido proteínico de los alimentos que ingerimos normalmente. Las proteínas, al fin y al cabo, son las encargadas de impedir que se manifieste la temida flacidez debido a su contribución en el crecimiento del organismo, especialmente el tejido muscular.
De este modo, para conseguir el tan ansiado objetivo de adelgazar sin perder firmeza en la piel habremos de potenciar el consumo de proteínas en nuestra dieta, combinando las de origen animal con las de origen vegetal de modo que impidamos una posible sobrecarga en el organismo. Los alimentos fundamentales para conseguir una buena tonificación muscular son las carnes no grasas, el pollo sin piel, los huevos, los lácteos, las lentejas, la soja, las algas, el aceite de oliva y los garbanzos. También resulta aconsejable el consumo de frutos secos –nueces, pistachos, avellana, almendras-, pescados, además de verduras y frutas frescas ricas en vitaminas C,D y E.
La práctica de deporte resulta indispensable
A pesar de todo el empeño que podamos poner en conseguir reafirmar nuestra piel a través de una dieta correcta, lo más probable es que no consigamos resultados efectivos si no combinamos la alimentación con la práctica regular de deporte. Los ejercicios físicos que resultan más adecuados a la hora de evitar la flacidez de la dermis son aquellos que se encuentran localizados en determinadas áreas de nuestro cuerpo que tienden a generar esta problemática, tales como los abdominales o el trabajo con mancuernas en brazos y piernas. A nivel general, ejercicios cardiovasculares como la natación, correr, bicicleta o elíptica también suponen buenas opciones.



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