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miércoles, 4 de septiembre de 2013

10 Lecciones que aprendes de los Deportes.



El deporte es mucho más que quemar calorías y despejar la mente. Muchas de las situaciones que observamos en una competencia pueden trasladarse a varios ámbitos de nuestra vida. Actualmente grandes multinacionales reproducen circunstancias que se presentan en espectáculos deportivos para motivar y potenciar el rendimiento de su personal. Al fin y al cabo se trata de diferentes personalidades conviviendo diariamente en busca de objetivos colectivos e individuales. Los ejemplos que se detallan a continuación intentan ilustrar las lecciones que podemos aprender a partir de distintas competencias deportivas.

Sobreponerse a la adversidad

En el deporte como en la vida nos tocará experimentar circunstancias adversas. Estar abajo en el marcador, quedarnos con un jugador menos por expulsión o sentir molestias físicas durante la competencia son sólo algunos ejemplos de situaciones desfavorables. Un caso extremo que ejemplifica una circunstancia adversa es la que vivió el mejor jugador del mundo de la actualidad, Lionel Messi, cuando tenía sólo 11 años. Los médicos le detectaron un problema hormonal que le impediría crecer con normalidad. Además los clubes argentinos, River Plate y Newell’s Old Boys, no accedieron a pagar los U$S900 mensuales que costaba el tratamiento. El Barcelona de España sí aceptó hacerse cargo de los gastos, con la condición de que se instalara definitivamente en la ciudad europea. El argentino tenía dos opciones: dedicarse a otra cosa o ir en busca de su sueño a un país desconocido, sin sus amigos y en a miles de kilómetros de distancia. El resto es historia.

Intentar, Intentar e Intentar

Si existe algo que realmente nos apasiona debemos ir en busca de ello a pesar de que aparezcan contratiempos en el camino. En el deporte ocurre algo parecido y quienes han llegado a lo más alto aseguran que la perseverancia es un factor clave para conseguir cualquier cosa. Michael Jordan, uno de los mejores y más influyentes atletas de todos los tiempos, dice al respecto: “he fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fallado una y otra, y otra vez en mi vida. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida”

·         Líder Positivo y Líder Negativo

Los líderes son aquellas personas que reúnen ciertas características diferentes a las del común denominador. Hay positivos y negativos. Los negativos son los que no pueden trabajar en equipo, presentan dificultades en la forma y modo de comunicarse o no escuchan a sus compañeros. Esa manera de proceder resulta contraproducente para la obtención de objetivos en un grupo de trabajo o de atletas. En la otra vereda está el líder positivo que coordina a sus compañeros, genera compromiso, está alerta a las necesidades de sus pares y motiva a quienes parecen vencidos o sin fuerzas. El mejor jugador de la temporada pasada en el Fútbol Americano, Adrian Peterson, es elogiado por demostrar este tipo de rasgos además de contagiar a su equipo cuando se encuentran ante una situación adversa.

Cooperación

“Un hombre puede ser un ingrediente crucial en un equipo, pero un hombre no puede hacer un equipo”, dijo Kareem Abdul Jabbar, el máximo anotador de la historia de la NBA, cuando algunos medios insinuaban que él sólo podía ganar los partidos. En el trabajo tampoco se puede progresar si intentamos cumplir por nuestra cuenta labores que corresponden a un grupo de personas o si dejamos que todas las tareas sean concretadas por otros. “No preguntes qué pueden hacer tus compañeros por ti. Pregunta qué puedes hacer tu por ellos”, decía Magic Jhonson para explicar los éxitos conseguidos por su equipo, Los Angeles Lakers, en sus tiempos como jugador de la NBA. Si pensamos en cooperar y aportar lo mejor de nosotros en cualquier grupo del que formemos parte seguramente consigamos buenos mejores resultados.

Respeto por el rival

Si bien instituciones y organizaciones de diferentes deportes realizan constantemente campañas que estimulan el juego limpio, pocas veces se observan gestos como el que tuvo la joven atleta Meghan Vogel. Esta fondista de 17 años observó en medio de una carrera que otra competidora se desvanecía a causa del cansancio y decidió cargarla hasta la meta. Vogel, que había ganado ese mismo día la prueba de 1600 metros, llegó en último lugar en los 3600 metros luego de realizar esa acción. “Solo pensé que estaba haciendo lo correcto y creo que otros hubieran hecho lo mismo. Ayudarla a llegar a la meta fue mucho más gratificante que ganar el campeonato estatal”, expresó Vogel a los distintos medios que la interrogaban al finalizar la carrera. Este tipo de gestos sirven para recordar que debemos respetar a los demás y que menospreciar a otra persona por representar a la competencia puede traer malos resultados.

·         Dejar todo y un poco más

“Hagas lo que hagas, no lo hagas a medias”, dijo Bob Beamon, especialista en salto en longitud, luego de establecer el record del mundo en 1968. El atleta logró un registro de 8,90 metros, una marca que perduraría por 22 años. Esa actitud refleja como con esfuerzo, constancia y concentración se pueden lograr grandes objetivos. En todos los ámbitos de la vida es posible aprender un poco más y mejorar nuestras destrezas. Para conseguirlo debemos brindarnos íntegramente, además de dejarlo todo. Muchas veces quién nos impide lograrlo es nuestra propia cabeza. Para eso Laird Hamilton, considerado el mejor surfista de olas gigantes en el mundo, aconseja: “asegúrate de que tu peor enemigo no esté entre tus dos orejas”.

Aceptar la derrota y aprender de ella

A pesar de que lo intentemos con todas nuestras fuerza o busquemos conseguir determinado objetivo por diferentes caminos hay ocasiones en las que no lo logramos y nos sentimos vencidos. Sin embargo, esa situación puede servirnos para aprender y mejorar como personas. Dean Smith, formador de talentos como Michael Jordan y varias veces campeón de baloncesto universitario, dice que “cuando perdemos o cometemos algún error hay que identificarlo, admitirlo, aprender de él y olvidarlo”. Al fin y al cabo al día siguiente tendremos la oportunidad de volver a intentarlo.

·         Disfrutar sanamente lo cosechado

Son pocos los que tienen la suerte de alcanzar la elite del deporte mundial. Al encontrarse en esa posición los atletas obtienen grandes sumas de dinero cada vez que compiten o filman un comercial. Así como hay muchos que sirven de ejemplo para la sociedad, otros, mal gastan lo conseguido a través de años de esfuerzo de un momento a otro. Un ejemplo de esta situación es el ex campeón de pesos pesados, Mike Tyson, quien ganó millones de dólares gracias a las diferentes peleas que protagonizó como profesional y hace unos pocos días se declaró “en bancarrota”. El futbolista ingles Paul Gascoigne también despilfarró todo el dinero conseguido después de años como futbolista de elite y ahora se encuentra en situación de pobreza extrema. La buena administración de las ganancias es una condición fundamental si no se quiere desperdiciar todo el trabajo, sacrificio y recursos empleados para obtenerlas.

Confianza en el compañero

En el trabajo y en muchos deportes de equipo otorgarle confianza a los compañeros resulta clave para potenciar al grupo. El hecho de que alguien nos de una tarea o rol clave en cualquiera de estos dos ámbitos, nos hace sentir incentivados y motivados para poder retribuir esa actitud. En la final del mundial 1994 el delantero brasilero Romario tuvo una actitud que ilustra este concepto. En el momento de armar la lista de jugadores que patearían los penales contra Italia observó que sus compañeros vacilaban ante la pregunta del director técnico: “¿quién va a patear?”. En ese instante tomó la pelota y en voz alta fue señalando a sus compañeros al grito de “tú, tú, tú, tú y yo vamos a patear y vamos a salir campeones del mundo”. Además de asumir el rol de líder, Romario hizo que sus compañeros se sientan motivados y con más confianza para asumir ese compromiso. Brasil salió triunfador de aquella final.

Aprender del éxito

“Un trofeo se llena de polvo, en cambio los recuerdos duran para siempre”, esa frase utilizó Mary Lou Retton, primer puesto en gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, para describir lo qué había sentido luego de ganar la medalla dorada. La atleta quiso resumir con esa respuesta las experiencias que sintió durante la competencia. Retton resaltó lo gratificante que fue su convivencia en la Villa Olímpica con rivales y compañeros de diferentes disciplinas deportivas. Hacer énfasis en el camino recorrido puede resultar mucho más enriquecedor que el éxito logrado al concluir una actividad en el trabajo, el hogar o con nuestros afectos.



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